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viernes, 28 de enero de 2011

La reforma a las CAR, ¿una verdadera solución a la crisis ambiental?


La reforma a las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) que propone el gobierno es un tema que merece varias aclaraciones pues sin duda hay una gran confusión, producida tal vez por algunos medios, tal vez por el gobierno al referirse a la necesidad de la misma, valiéndose de los malos resultados que dejo el invierno en Colombia y la bien conocida corrupción e ineficacia de las corporaciones. Si bien es necesario hacer ajustes al esquema de las corporaciones debido a su mala administración y a la impropia jurisdicción de muchas de ellas, no se puede ocultar que el problema de fondo de la crisis del invierno radica en el modelo de desarrollo, el ordenamiento territorial y la ocupación de los territorios, temas en los que por supuesto las corporaciones son realmente débiles.
Uno de los puntos más controversiales y positivos de la reforma es el replanteamiento de la jurisdicción de las CAR con un enfoque ecosistémico, entendiendo entonces el contexto social, económico y ambiental del territorio a ser administrado por la respectiva corporación.
La mayor crítica a esta reforma es debido al inminente nombramiento de los directores de las CAR por el gobierno, lo que podría dar facilidades para la expedición de varias licencias ambientales a varias de las transnacionales mineras que han tenido problemas con el trámite de las mismas, en muchos casos por los perjuicios ambientales que traen las explotaciones mineras en zonas de reserva. Ante esto el Presidente Juan Manuel Santos señalo: “El reto con el nuevo Ministerio, de poder conciliar el desarrollo, la explotación minera –que es otra de las locomotoras- con la preservación del medio ambiente, es un reto bien importante, Aspiramos a que Colombia, el país más rico del mundo en materia de biodiversidad por kilómetro cuadrado, se convierta en un estado de arte que permita regular y hacer compatible la preservación del medio ambiente con el crecimiento económico y con la explotación sostenible de nuestros recursos mineros y energéticos”.
Las palabras del gobierno suenan muy bien pero no se pueden quedar en una reforma que poco tiene que ver con el verdadero problema ambiental en Colombia, no es justo que el gobierno tenga a las CAR de “chivo expiatorio” cuando el problema trasciende a las políticas del mismo y al modelo de desarrollo que le presenta al país. Si bien las CAR tienen un problema en su organización y administración, la reforma a las mismas no se acerca de ninguna manera a una solución satisfactoria a la realidad ambiental. Es hora de que el gobierno empiece a hablar y a actuar en términos de sustentabilidad más que en términos de sostenibilidad económica si no queremos volver a tener una crisis ambiental tan grande como la que nos aqueja todavía.

Anexo el decreto 141 del 2011 http://wsp.presidencia.gov.co/Normativa/Decretos/2011/Documents/Enero/21/dec14121012011.pdf


Andrés Rodríguez V.
Movimiento Social Ambientalista

miércoles, 26 de enero de 2011

¡La Constitución o la mina!




BOLETÍN SOCIAL AMBIENTALISTA



Enero 25 de 2011

Los colombianos estamos viviendo en una mina de oro. Unos podrían entender esta frase en el sentido metafórico y hacer alegoría a nuestra abundante riqueza natural, la hermosura de nuestros paisajes, la amabilidad del clima, la belleza de las mujeres (¿y hombres?) o la matriz magnífica de diversidad que hace único cada centímetro cuadrado de nuestro suelo patrio.

Pero para otros el significado de esta frase es literal. En Colombia hay tantos recursos minerales tan valiosos “para la humanidad”, que casi resultaría incomprensible que los colombianos habitemos folclóricamente, sobre las valiosas minas.

Tal podría ser el caso de Bucaramanga, Cucuta y algunos otros municipios, en donde casi 2 millones de santandereanos y nortesantandereanos, se dan el lujo de beber del agua que nace en Santurbán, un páramo que promete ser la cuantiosa y prospera zona minera de Angosturas. Tamaño despropósito es incomprensible para los inversionistas de la firma canadiense Greystar. El problema para ellos radica en que justo a los santandereanos, ¡valiosa estirpe!, les dé por hacer ciudades y acueductos encima de las minas.

Pero las cosas también han de ser vistas de otro modo, sabiendo que hay títulos mineros y solicitudes que cubren casi el 50 por ciento del territorio colombiano (ver Imagen a la derecha), ¿porque tendrían que venir inversionistas, a formular el proyecto Angosturas justo en el Páramo de Santurbán, de donde todas estas poblaciones extraen su vida que es el agua?


Para saber quien tiene la razón en este pleito y evitar caer en fanatismos populistas (o pro inversionistas), en el Movimiento Socialambientalista hacemos un llamado para acudir a la ley, la cual ordena que las zonas de Páramo sean excluidas de la minería.

¡de nuevo en Colombia todo el mundo saltándose las leyes!, pues no. Si la ley dice que no se puede hacer minería en Santurbán, pues los inversionistas de Greystar tendrán que irse con su mina para otra parte.

Los invitamos a que revoquemos el proyecto de Angosturas, haciendo que se nieguen sus trámites de licenciamiento que cursan en el Ministerio del Ambiente.

Para tal fin, hacemos eco del llamado de la Defensoría del Pueblo(1) para negar la licencia ambiental al proyecto Angosturas, nos unimos a cientos de voces que reclaman el apego a la constitución.

¡Detengamos el proceso minero en Santurbán en Santander!

Sentemos un precedente de nuestra decisión

NO TODOS LOS LUGARES SON PARA LAS MINAS

Gracias a las maravillas de la tecnología, al hacer click arriba del ICONO del Movimiento Socialambientalista, encontrarán un formulario que al ser diligenciado, enviara automáticamente cartas a la ministra de ambiente, Beatriz Helena Uribe, y a Sandra Bessudo, alta consejera para la gestión ambiental y la biodiversidad.

¡PARA ENVIAR LA CARTA HAGA CLICK AQUÍ!



¡POR FAVOR LEAN LA CARTA, FIRMENLA, ENVÍENLA Y DIFÚNDANLA, LO MÁS PRONTO POSIBLE!