Paso a paso
La
vida es un camino que cada cual se labra paso a paso como una travesía: por
valles coloridos, selvas exuberantes, profundos abismos y océanos en los que
pareciera naufragar nuestra existencia, así como por montañas que se escalan
con la esperanza de alcanzar la cima.
Soy
geólogo de profesión y he recorrido diversos paisajes en ejercicio de la misma,
pero muchos más aún cuando decidí emprender la senda de la
transdisciplinariedad, que hoy me brinda la oportunidad de cursar estudios de
doctorado en Sostenibilidad, en la Universidad Politécnica de Cataluña - UPC.
Me
gradué en el año 2004 en la Universidad Nacional de Colombia. Mi tesis de grado
en ese entonces: “Evaluación de amenaza por deslizamientos: para el área de Paz
del Rió Boyacá”, marcaba ya un distanciamiento frente a los campos más usuales
y prósperos del ejercicio profesional de la geología: la exploración de
hidrocarburos y de yacimientos minerales en general.
Esta
optativa “contracorriente” se vio favorecida coyunturalmente. El mercado laboral
de la geología es muy sensible a factores globales como el costo de las
materias primas y la disponibilidad de capital de inversión. Para el año 2004,
luego de una década de precios bajos del petróleo y en un contexto de violencia
armada en Colombia, la inversión externa en nuestro país estaba por el suelo.
Vendrían los atentados del 11S y se sufría una inestabilidad mundial que
afectaba las inversiones de alto riesgo, algo que Colombia inicialmente sufrió.
Mi
proyección profesional en los temas “ambientales” de la geología me daba
competitividad en un mercado laboral presionado por la baja demanda. Por otra
parte en el mundo cobraba protagonismo
el discurso ambiental. El protocolo de Kioto sobre calentamiento global había
sido suscrito por las naciones en 1998. De hecho, recién graduado resulté en
Manizales, en noviembre de 2004, atendiendo de manera desprevenida un momento
histórico: La Conferencia Panamericana sobre Desastres, preparatoria para la Cumbre Mundial de
Riesgos de Desastres que se llevaría a cabo en el 2005 en Hyogo, Japón.
Debo
a Manizales tanto como conocer personalmente a las figuras mundiales en gestión
de riesgos, perfilar mi discurso profesional en un campo teórico y práctico
global y establecer los contactos necesarios para mi primer ejercicio laboral
con la Oficina de Prevención y Atención de Desastres de Bogotá, en aquel
entonces FOPAE.
Estando
vinculado con el manejo de los desastres desde mi formación como geólogo, fui
requerido para apoyar procesos de consultoría a nivel nacional; lideré la
cartografía geológica y el inventario de riesgos para la pavimentación de vías
por toda Colombia y finalmente viajé a Toronto, Canadá, en Mayo de 2007, con el
objetivo de presentar una ponencia; gracias a un premio concedido por la Oficina
de las Naciones Unidas para Asuntos Espaciales.
Mi
primer viaje fuera del país me abrió los ojos. La experiencia de la precariedad
testificada en los barrios periféricos de Bogotá con el FOPAE y en los pueblos
marginales de Colombia, en contraste con la civilidad y organización de
Toronto; marcaría una ruptura en mi visión y expectativas sobre la dignidad
humana, los derechos, el buen vivir y mi papel como ser humano y sujeto social
más allá de mi proyección profesional.
Llegué
de Toronto a Bogotá cargado de iniciativas de activismo ambiental, convencido
de que los problemas que antes veía como riesgos naturales y desastres, eran en
el fondo problemas de pobreza, planificación e insostenibilidad del desarrollo
en nuestro país. Le aposté entonces a fortalecerme académicamente alrededor de
los temas ambientales. Realicé una especialización en Gerencia Ambiental y
Desastres en la Universidad Sergio Arboleda (2008-2012), inicié un Master en
Ciencias Ambientales en la Universidad Nacional (2009) y estuve en la
Universidad de Berkeley, seleccionado en el programa de Liderazgo Ambiental
(2009).
Estando
en la Universidad Nacional fui beneficiado con una beca Erasmus Mundus para
viajar como estudiante de intercambio del Master de Filosofía Contemporánea de
la Universidad de Granada en España (2010). Me convencí de que en los
fundamentos del pensamiento humano estaban las claves que había buscado, sobre
la problemática social y ambiental que vivimos.
Volviendo
de España a Bogotá en el año 2011 interrumpí mis estudios y me inserté en el
debate sobre las inminentes elecciones para la Alcaldía de Bogotá, tomando como
bandera la necesidad de abordar riesgos y cambio climático de manera unificada
y transformar la relación entre la ciudad y los espacios del agua. Posteriormente
sería convocado a participar como Subdirector Técnico de la oficina de
desastres, en donde años atrás había trabajado como recién graduado.
Durante
mi participación en el gobierno de Bogotá (2012-2015), la oficina de desastres
pasó de llamarse FOPAE al flamante nombre de IDIGER - Instituto Distrital de
Gestión de Riesgos y Cambio Climático. Lideré durante 3 años largos los
procesos estratégicos de conocimiento del riesgo, reducción del riesgo,
recuperación de zonas afectadas por riesgo y fortalecimiento institucional de
la gestión de riesgos. Me empeñé en multiplicar las inversiones públicas en las
zonas de alto riesgo, que usualmente en Bogotá son tratadas como zonas donde se
prohíbe y se restringe precisamente cualquier inversión de capital.
Con
el respaldo de la Cátedra Unesco de Sostenibilidad de la UPC, propuse e
implementé un modelo de transformación de áreas urbanas declaradas en riesgo
desde una perspectiva de gobernabilidad. Esto inicialmente tuvo enorme éxito
entre la población y respaldo de la Alcaldía Mayor.
El
proyecto mereció como reconocimiento para Bogotá, ser seleccionada a nivel
mundial por el Foro Global de Riesgos y las Naciones Unidas, entre las 20
iniciativas de gestión de riesgos más innovadoras a nivel mundial; reconocimiento
concedido durante la Asamblea de las Naciones Unidas realizada en el año 2015
en Sendai Japón.
Estando
en Granada, España, en el año 2010, conocí al amor de mi vida con quién
actualmente tengo dos hijos. Después de salir de la Alcaldía de Bogotá regresamos
a España donde me encuentro actualmente, terminando el master en Filosofía
Contemporánea que alguna vez iniciase como estudiante de intercambio. Adicionalmente en un reencuentro
con mis compañeros de la UPC, que me apoyaron en el gobierno de Bogotá,
decidimos a través de un Doctorado, compilar y sistematizar las experiencias,
aprendizajes y resultados de los
proyectos realizados. ¡En esa tarea estamos!
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